Hoy hablaremos de John Thomas Young Gilroy (1898-1985) que  fue un excelente ilustrador inglés y un maravilloso dibujante natural y artista versátil que produjo material publicitario, retratos, paisajes, murales y tarjetas de felicitación.

 

 

Autoretrato de John Gilroy

Así dicho, todavía muchos no sabrán de quien hablamos. Pero si habéis estado en algún pub irlandés seguro que más de una vez os habréis fijado en la decoración, en ese ambiente cálido, amigable y acogedor que tienen y que nos invita a disfrutar y compartir pintas de cerveza ya vamos acercándonos.

En cualquier pub irlandés, seguro que encontramos dibujos y carteles pintados por nuestro personaje. Gilroy es el autor de  muchos de los carteles publicitarios para Guinness desde 1930 hasta bien entrada la década de los 60.

Además fue un importante pintor de retratos y paisajes. Estuvo vinculado a lo largo de gran parte de su vida a la agencia de publicidad S. H. Benson Ltd que fue una importante empresa de publicidad fundada en 1893 por Samuel Herbert Benson. Los clientes de la compañía incluyeron entre otros a Bovril, Guinness y Colmans.

Trabajando con redactores publicitarios como Ronald Barton y Robert Bevan, Gilroy produjo más de 100 anuncios de prensa y casi 50 diseños de póster para Guinness durante 35 años.

De hecho una buena cantidad de los diseños que asociamos casi inconscientemente con Guinness fueron creados por él.

Podemos asociarle con diseños míticos asociados a la cerveza Guinness como son el portador de la viga y el cortador de madera de las campañas “Guinness for Strength” de principios de la década de 1930  pero también con los animales de un simpático zoo, con su cuidador al frente. Los animales; incluidos un león,  un tucán,  una foca  y un  canguro, aparecieron en múltiples carteles, anuncios de prensa, tarjetas de presentación y bandejas de camareros desde la década de 1930 hasta la década de 1960.

 

Durante todos estos años el trabajo de Gilroy fue incesante, tanto en la labor creativa como en la artística, constantemente estaba ideando y ejecutando diseños para todas estas marcas pero muy en especial para Guinness. Pintaba sus lienzos en camillas, y en la esquina inferior de cada lienzo había una pequeña etiqueta que identificaba al artista, el código de cuenta y las acciones a tomar («Volver a dibujar», «Revisar», «Retener», «Imprimir» y, durante la Segunda Guerra Mundial, «Enviar al censor»).

De la importancia que Guinness le dio a su trabajo, da fe el  dato de que a pesar de que la agencia perdió el contrato de publicidad con la cervecera en 1969, y por lo tanto Gilroy ya no estaba produciendo anuncios para la marca, Guinness sintió que le debía mucho al artista por todas las pintas y botellas vendidas y  sin duda,  porque sus obras habían ayudado a cambiar su imagen, que le ofreció un honorario de por vida de 2.000 libras al año.

Gilroy realizo bastantes series de trabajos muy conocidas, como las ya citadas “Guinness for Strenght”, My Goodness My Guinness” o “Guinness is good for you” pero también hubo muchas ideas o series que se quedaron por el camino y nunca vieron la luz.

Por diferentes motivos, ya sea porque no convencían al cliente o porque los proyectos a los que iban dirigidas no fructificaron, estas campañas, con sus ideas y sus bocetos se quedaron en los almacenes de la empresa.

El trabajo de Gilroy en la cuenta Guinness terminó en 1962, y en 1971, Benson fue engullido por la firma de publicidad Madison Avenue de Ogilvy & Mather.  Las oficinas cerraron y el archivo  que guardaban, se troceo. Se procedió a la limpieza de su depósito de cientos de carteles y muchos los entregaron al Museo Británico y al Museo Victoria and Albert en Londres.

Pero no todo el material se dono, según parece en algún momento de la década de 1970, un coleccionista cuyo nombre sigue siendo un misterio parece haber comprado entre 700 y 900 pinturas de Gilroy que habían estado en los archivos. Estas pinturas eran desconocidas para los expertos de Guinness.

Estas son pinturas al óleo, hechas por Gilroy para ser mostradas a Guinness para su aprobación: si se aprobaban, se haría una pintura final que las impresoras usarían para hacer los carteles. Igual de misteriosa que su desaparición y catalogo fue su aparición a partir de 2008 en Estados Unidos cuando los lienzos del archivo comenzaron a aparecer en el mercado del arte.

 

Los animales del zoo de Gilroy.

Hoy, con un Gilroy bastante más cotizado que en los años 70, sus obras están siendo vendidas por un par de comerciantes de arte en los Estados Unidos en nombre de su poseedor anónimo por decenas de miles de dólares cada uno. Se ha estimado que las aproximadamente 350 pinturas vendidas hasta el momento se han sacado por una cantidad de entre 1 millón y  2 millones de dólares.

Las llamamos series perdidas porque algunos de estos proyectos que nunca vieron la luz resultan a ojos del espectador del siglo XXI realmente sorprendentes y desconocidas.

Por ejemplo a mediados de los años 30, la cervecera irlandesa, con algunas dificultades derivadas de la propia independencia de Irlanda o de los años de prohibición en EEUU, pensó en expandirse a nuevos mercados, entre ellos estaban el alemán.

Para ello pidieron ideas a Benson. Gilroy se puso a trabajar e ideo una serie de carteles basados en los que ya funcionaban bien pero rediseñados y dirigidos al mercado germano. Para ello reutilizó algunos de sus eslóganes como “It´s arrived” o “for Strength”.

Por ejemplo, en uno de ellos podemos ver a un soldado alemán ofreciéndonos una pinta de Guinness o el otro unos tucanes sobrevolando el estadio olímpico de Berlín cubierto de esvásticas.

 

Esta campaña nunca se llevó a cabo.

No podemos mirar estos carteles con mirada inquisitiva pues hay que  situarse en el momento histórico. En 1936  el régimen nazi vendía una imagen amable con motivo de los juegos olímpicos de  Berlín, y no se sabía lo que hoy sabemos.

Años más tarde; en los años 50 se diseñaron otras campañas similares, para otros mercados que tampoco se llevaron a cabo. Por ejemplo podemos ver cartelería dirigida al mercado estadounidense, ruso o israelí entre otros. Aquí en España todavía estábamos en otras cosas.

 

Gilroy realizó varias series más; algunas contenían referencias a cuentos clásicos o a coches.

Otra serie, enormemente deliciosa es la que realizó en 1952 cuando la agencia le encargo una serie de bocetos para decorar la sala de juntas de la sede que la cervecería tenía en Park Royal en Londres.

La intención era que sobre la base, de obras maestras de famosos pintores universales, Gilroy le diese su toque personal. Estas obras no iban dirigidas a ninguna campaña y nunca vieron la luz.

La verdad es que son autenticas joyas, Gilroy supo captar la esencia de las obras e introducir las pintas o botellas de Guinness en estas obras inmortales. Obras de Velázquez, Picasso, Van Gogh, Cezanne o Veermer se ven de una manera especial.

 

El «Velazquez» de Gilroy. 1952

La verdad es que como dijo David Hughes, autor del libro (“Gilroy was good for Guinness”) donde cuenta toda estas historias con pelos y señales, El diseño de póster jocoso, humorístico y de dibujos animados de Gilroy es esencialmente de los años treinta, cuarenta y cincuenta. Es un poco pintoresco, tal vez incluso un poco juvenil para el público de hoy. Pero aún es divertido

 

El «Manet» de Gilroy 1952
El «Cezanne» de Gilroy 1952

El trabajo de Gilroy se trataba en última instancia de hacer felices a las personas, razón por la cual sus imágenes publicitarias se conectan tan honestamente con los espectadores. «Gilroy tenía un tremendo sentido del humor», dice Hughes. “Siempre vio el lado divertido de las cosas. Aparentemente era un tipo que, si te sentías un poco deprimido, pasarías un par de horas con él y él simplemente te levantaría el ánimo”.

 

Os dejo los enlaces donde podéis comprar el libro y deleitaros con parte de estas series perdidas. Os recomiendo que cojáis una Guinness con ese color negro rubí y su espuma cremosa blanca marfil, con su aroma a café torrefacto y mientras degustéis ese paso de boca limpio y  notéis ese sabor suave a regaliz amargo muy agradable brindéis por David Hughes y John Gilroy con Salud y Birras.

 

El «Picasso» de Gilroy

Para comprar el libro sobre Gilroy:

  • https://www.amazon.com/Gilroy-Good-Guinness-David-Hughes/dp/1907593993

Para ver más series perdidas:

  • https://www.robertlloydartny.com/

 

PD: En la serie de anuncios  en los que aparecían los animales, la mayoría de  estos vivían en un zoológico, había un personaje central en estos anuncios, era un cuidador del zoológico, que era una caricatura del propio artista. «Así era Gilroy», dice Hughes. “Gilroy era un hombre regordete y pequeño con un bigote pequeño. Cuando era más joven, se metió en el anuncio y se convirtió en el cuidador del zoológico”.

 

Gilroy, el guardian del zoo.

Los animales de Gilroy atormentaron de buena gana a su cuidador del zoológico robando sus preciosas Guinness: un avestruz se tragaba toda su pinta, cuyo contorno abultado se puede ver en su delgada garganta; una foca equilibra una pinta en su nariz; un canguro intercambia su cría por la botella marrón del cuidador del zoológico. A menudo, el cuidador del zoológico está tan desconcertado por estas circunstancias que se le ha salido el sombrero de la cabeza.

De hecho, Gilroy pasó mucho tiempo en el zoológico de Londres para asegurarse de capturar con precisión la esencia de sus animales. «En los archivos de Guinness», dice Hughes, hay muchos bocetos de tortugas, ñus, avestruces y el resto de animales. Perfeccionó el dibujo de los animales yendo al zoológico y luego los adaptó para los anuncios.

Por Carlowski

Profesor de talleres de cata de cerveza. Curioso y estudioso del mundo cervecero.

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