Cuando escribo este artículo estoy confinado en casa por la crisis del coronavirus.
Este confinamiento ha alterado nuestras costumbres y nuestro modo de vida. Está por ver todavía la medida de la brecha que esta crisis va hacer en la economía, que en mayor o menor medida nos afectará a todos.
En este tiempo muerto, creo que debemos intentar hacer lo posible para mejorarnos a nosotros mismos pero también a nuestros familiares, vecinos y amigos, a nuestra comunidad incluso a nuestro país, porque todos viajamos en un mismo barco.
Tomando prestada la cita de Kennedy “no preguntes qué puede hacer tu país por ti, sino qué puedes hacer tú por tú país,” y salvando las distancias pienso que debemos cultivar cierta actitud de consumo militante para con las tiendas de barrio, con las pequeñas y medianas empresas que cada día intentan salir a flote, con movimiento de la cerveza artesana español, que poco a poco ha ido creciendo no sin muchísimas dificultades.
Actitud militante pero no sectaria, esto no significa que no compremos algunas veces en grandes superficies, no compremos por internet en grandes plataformas o no consumamos cervezas industriales, sino que simplemente intentemos favorecer en nuestros consumos a estos sectores cuando nos sea posible.
Sabemos que estos hábitos de consumo pueden requerir un esfuerzo por nuestra parte (que puede ser económico o funcional) pero precisamente tenemos que creer en un bien común, y concienciarnos de que debemos tener un comercio minorista fuerte y una buena base para poder consumir producto de aquí, de calidad.
Centrándonos en el sector cervecero, pienso ahora en la cantidad de pequeños fabricantes que un día apostaron por montar una pequeña fábrica de cervezas, para poder ganarse la vida pero también para enriquecer el pobre panorama cervecero del que “disfrutábamos” hasta hace unos pocos años, un panorama que consistía en una oferta que incluía unas pocas cervezas casi todas del mismo estilo y con muy pocas diferencias entre ellas más allá de la etiqueta.
Tuvieron y tienen que enfrentarse a multitud de dificultades, por ejemplo que hasta diciembre de 2018 no se reconociese por parte del Gobierno la diferencia entre grandes y pequeñas cerveceras.
Añadido a que la gran mayoría de los cerveceros echa jornadas de 12 o 14 horas, algunas veces sin fines de semana, multiplicando sus funciones, afrontando una competencia feroz con las grandes compañías (no tiene la misma capacidad económica las grandes cerveceras que las pequeñas, las primeras pueden dedicar esos recursos a publicidad y marketing , además las grandes producciones favorecen las economías de escala, que redundara en el coste unitario del producto y finalmente en la competencia) afrontando problemas de distribución (Los grandes grupos exigen para trabajar con ellos, políticas de exclusividad a través de rapeles anuales que impiden la entrada de nuevos competidores y/o productos y hacen casi imposible que las cervezas artesanas primero puedan estar en los bares y segundo que el hostelero tenga incentivo para favorecer su consumo). Intentando sobrevivir a los problemas de suministro que las hacen tener un acceso más difícil en el aprovisionamiento de las materias primas para fabricar su producto, si esto lo unimos a que generalmente suele ser de mayor calidad, hacen que el producto final sea más caro.
Las diferencias entre cerveza artesana y cerveza industrial residen en los procesos de elaboración, las calidades de los ingredientes y en la fórmula que el maestro cervecero ha creado.
Las cervezas industriales se producen en base a una receta básica que busca ingredientes y procesos económicamente viables, por el contrario la cerveza artesana es probada y modificada por el maestro cervecero para dar con la mezcla adecuada que tenga un sabor y olor característico y diferenciador.
En cuanto a los Ingredientes, en el proceso de creación de cerveza artesanal no se suele añadir nada diferente a agua, cereales malteados, lúpulo y levadura. En la etiqueta de estas cervezas no encontraremos conservantes ni antioxidantes añadidos artificialmente, es elaborada en pequeñas cantidades para evitar su almacenamiento prolongado. En las cervezas industriales en cambio, si utilizan conservantes y estabilizantes químicos.
No decimos que no haya cervezas industriales excelentes, pero sí que tanto el trabajo, la elaboración, los ingredientes y los tiempos en las cervezas artesanas están cuidados con mimo para intentar que el producto que nos llegue sea lo mejor posible.
Para ello sería bueno concienciarnos de consumir cerveza artesana de calidad y cómprasela a los productores o a las tiendas especializadas, que nos van a ayudar a elegir el mejor producto, nos van a ayudar a descubrir aquella poesía liquida que no sabíamos que existía.
Os dejo un link con los productores y tiendas especializadas para comprar cerveza artesana en estos tiempos
También os dejo el link de la asociación española de cerveceros artesanos independientes.
Listado de Tiendas y Fábricas de Cerveza con servicio de venta online
Iniciativas como las de Street Exerience, creando unas camisetas solidarias en las que el 25% de la venta de la camiseta va destinada a invitarte a una cerveza en el local amigo donde vayas a recogerla, o la iniciativa Save the Bars de The Better Beer Company donde el 20% del importe de sus pedidos irá destinado al bar, o tienda que apoye la cerveza Craft que tú quieras ayudar van en esa dirección y son dignas de aplauso.
Bebiendo cerveza artesanal vamos a favorecer a nuestro entorno, a nuestras comunidades, vamos a reforzar un sector que todavía nos tiene que dar muchas alegrías y que poco a poco nos hará más fuertes como país.
Sabemos que hay cervezas exquisitas en muchos países, y si queremos estar en esa primera división o por lo menos división preferente, debemos de creer en nuestro producto, y así como creemos en las denominaciones de origen, (jamón aceite de oliva virgen extra, vinos) debemos de apoyar a nuestros productores, ayudando a que la cerveza artesana como industria sea cada vez más fuerte y reconocida, que sea capaz de presentar productos cada vez mejores y soñando en un futuro los turistas no vengan al país de las cervezas baratas, sino al país de las cervezas sorprendentes.
Salud y birras