Hoy vamos a poner en marcha nuestro birrovisor para fijarnos en el siglo XVI en concreto en Carlos I de España, como se le conoce actualmente, si bien su firma de la época era algo más extensa y específica:
Carlos V, por la Divina clemencia, electo Emperador de Romanos, siempre Augusto y Rey de Alemania, de Castilla, de Aragón, de León, de las Dos Sicilias, de Jerusalén, de Hungría, de Dalmacia, de Croacia, de Navarra, de Granada, de Toledo, de Valencia, de Galicia, de Mallorca, de Sevilla, de Cerdeña, de Córdoba, de Córcega, de Murcia, de Jaén, del Algarve, de Algeciras, de Gibraltar y de Islas Baleares, Islas Canarias, Indias y Tierra Firme del Mar Océano; Archiduque de Austria, Duque de Borgoña, de Lorena, de Brabante, de Estiria, de Carinthia, de Carniola, de Limburgo, de Luxemburgo, de Güeldres, de Würtemberg, de Calabria, de Atenas, de Neopatria; Conde de Flandes, de Habsburgo, de Tirol, de Barcelona, de Artois y Borgoña; Conde Palatino de Henao, de Holanda, de Zelanda, de Ferrete, de Riburgo, de Namur, de Rosellón, de Cerdeña y Zutphen; Landgrave de Alsacia; Marqués de Burgovia, de Oristán y Gociano y del Sacro Romano Imperio; Príncipe de Suevia y Cataluña; Señor de Frisia, de la Marca Eslavona, de Puerto Naón, de Vizcaya, de Molina, de Salinas, de Trípoli y Malinas, etcétera.
El hecho es que gracias a él y a algunos otros la cerveza empezó a ser conocida en España.
Carlos V de Alemania y I de España es hijo de Juana I y Felipe I apodado <<el Hermoso>>, nieto por vía paterna de Maximiliano I de Habsburgo y María de Borgoña, de quienes heredó el ducado de Borgoña, los territorios austríacos y el derecho al trono imperial; y por vía materna de los Reyes Católicos, Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón, de quienes heredó Castilla, Navarra, las Indias, Nápoles, Sicilia y Aragón, Valencia y Atenas y condados como el de Barcelona.
La vida a veces es jocosa, el futuro emperador nació en un cuarto de baño. La princesa Juana durante un baile en Gante se sintió indispuesta y empezó a sufrir fuertes dolores en el vientre, creyendo que se debían a una mala digestión, acudió al baño y allí, sin ayuda de nadie, vino a nacer el emperador Carlos V a las 3:30 de la madrugada del martes 24 de febrero de 1500.
Se crió en Flandes, una de las cortes más cultas de Europa, en la que el francés era la lengua básica y en la que presumiblemente también se hablaría flamenco, pues toda su cultura y sus costumbres eran flamencas, de hecho cuando vino a coronarse como Rey de Castilla en 1517 no hablaba nada de castellano, ni conocía lo relacionado con sus nuevos dominios. Todos los nobles flamencos del cortejo de Carlos recibieron importantes puestos en la administración de los reinos peninsulares, con el consiguiente enfado de la nobleza y pueblos peninsulares, incluso nombró a Guillermo de Croy, un joven de 17 años, nada menos que como sustituto del Cardenal Cisneros en el Arzobispado de Toledo.
Carlos V tenía un defecto físico debido en gran parte a la endogamia que sufrían las casas reales. Sufrió prognatismo que es una deformación de la mandíbula por la cual esta bien en la parte superior o bien en la parte inferior, sobresale del plano vertical de la cara. Esta desalineación entre el maxilar y la mandíbula impide el correcto encaje de la boca al cerrarla y causa dificultad para hablar, morder y masticar. Según cronistas de su época el mentón parecía postizo, su mandíbula le obligaba a aparecer siempre con la boca medio abierta, articular la palabra de una forma defectuosa tener que luchar en la masticación y la deglución de los alimentos. La vergüenza que le causaba que le vieran masticar con dificultad hacía que prefiriera comer en solitario, sin que nadie pudiera contemplar sus apuros, además era adicto a la comida y a abusar de todo tipo de alimentos.
Haciendo una retrospectiva nos encontramos en 1517 con un chaval de 17 años, que viene a tomar posesión de su herencia en unos reinos lejanos, totalmente extraños para él.
Unos reinos con costumbres muy diferentes, unas costumbres mucho más sobrias y austeras,
El joven Carlos echaba muchas cosas de menos, entre ellas la cerveza, la bebida más consumida los Países Bajos pero que prácticamente era desconocida en los reinos peninsulares. En su séquito acompañado de caballeros y dignatarios de Flandes aficionados, como él mismo, a la cerveza se hacía traer desde Malinas (Mechelen) los barriles de cerveza para su consumo así como otros productos como las salchichas alemanas, costumbre que repetía con regularidad.
La cerveza era en estos tiempos una bebida para las élites, reservada a la casa real y a la nobleza cortesana, poco a poco fue aumentando su consumo a los miembros valones y germanos del sequito y la casa real.
Como el rey y los nobles flamencos bebían cerveza y la consumían importada, algunos nobles españoles, imitándoles, empezaron también a consumirla e incorporarla en sus banquetes y así poco a poco fue introduciéndose la cerveza en España.
Algunos años después y ante este aumento de consumo y las dificultades de transporte de la misma, se hace traer desde Flandes a dos maestros cerveceros para elaborar cerveza de calidad directamente en la corte. Hacia 1537 ya se tiene constancia de una fábrica en Madrid dirigida por un maestro cervecero de Flandes, que debió tener una vida efímera.
En 1545 introdujo el servicio de cervecero entre los del servicio de la corte quedando encajado como <<mayordomos, gentiles hombres y oficiales>>
En 1556 cuando se retiró al monasterio de Yuste a pasar sus últimos días en paz y tranquilidad, después de haber dejado los asuntos de Estado en manos de su heredero Felipe II, hizo construir allí para su regocijo una cervecería a cuyos mandos estaba su cervecero flamenco personal Enrique van der Hesen .
En realidad era un pequeño obrador de cien litros de capacidad (la primera microcervecería artesanal). El maestro cervecero hacía una cerveza que a Carlos le gustaba beber fría, helada con nieve o puesta al sereno durante la noche y consumida al amanecer. Esta cerveza debió de satisfacer enormemente al emperador, pues pagaba en vida doscientos cincuenta florines anuales al cervecero y especificó en su testamento que se le dieran ciento cuarenta florines de pensión de por vida y cincuenta mil maravedís por costes.
Debido a su prognatismo que le obligaba a tomar grandes cantidades de líquido con las comidas para paliar la dificultad que tenía de masticar y tragar los alimentos en trozos pequeños y además, como era de buen comer y un gran aficionado a la cerveza, se acostumbró pronto a beber unos cuantos litros de esta bebida en sus comidas y banquetes, cogiéndole así un gran cariño y aprecio. Una de sus hazañas cuenta que era capaz de beberse un cuarto de galón (1 litro) de cerveza de un solo trago.
Claro que tanto el comer como el beber no se realizaba de la manera que lo hacemos en la actualidad. En Vanquete de nobles cavalleros e modo de vivir [sic] de 1530, un tratado de Luis Lobera de Ávila, médico de Carlos V , sobre el comer; se recomienda «comer a las 9 de la mañana (10 en invierno) y cenar 8 horas después” , ni desayunar ni merendar ni nada, “mejor aún comer una sola vez al día, y si eras flaco, tres veces en dos días”.
El tratado continua diciendo que “en el comer no ha de ser mucha la quantidad, de manera que ni quede repleto ni tan poco ambriento, sino medianamente contento»
El doctor Lobera de Ávila fue uno de los primeros en hablar de la cerveza por estas tierras, en este libro podemos leer que la cerveza «es agua cozida con trigo, cevada, avena y lupulos», después enumera los tipos de cerveza que hay que dice que había “una cerveza gruesa llamada duplabiera y otra delicada, con pocos o con muchos lúpulos”.
Sobre su consumo comenta que “en España hay muy buenos vinos e muy buenas aguas e hay poca necessidad de cerveza y no está en costumbre”.
Sobre sus virtudes y efectos dice «la cerveza augmenta las fuerzas e augmenta las carnes, es de gran mantenimiento, augmenta la sangre, provoca orína, ayuda ha hazer cámara» además “la cerveza con muchos lupulos daña a los que tienen flaco cerebro, que los embriaga, y la embriaguez dura mucho más que la del vino»
Como vemos todas estas apreciaciones son de un tratado sobre la birra en 1530.
Muchos años más tarde Heineken bautizó a una cerveza como Legado de Yuste intentando “recoger los valores tradicionales de las manos expertas de maestros cerveceros de Flandes traídos por el Emperador Carlos V durante su retiro en el monasterio de Yuste” pero esta no tenía nada que ver con la debió tomar Carlos V en su retiro, pues era una cerveza lager industrial con azúcar líquido y estabilizador de espuma pensada para un público mayoritario y ampliamente desconocedor de cervezas.
Realmente no sabemos cómo debía de saber aquella cerveza, nos podríamos acercar un poco probando alguna cerveza belga, como por ejemplo la gama de la Golden Carolus fabricada por La cervecería Het Anker (El Ancla), situada en la histórica ciudad flamenca de Malinas, desde donde se hacía traer las cervezas Carlos V se trata de una de las fábricas artesanales de cerveza más antiguas de Bélgica.
La cerveza negra de Malinas era su cerveza favorita, no pudiendo faltar en su mesa, mandaba que le fuera enviada allí donde estuviese, recorriendo junto a él Europa en sus numerosas campañas militares. La Gouden Carolus Classic es una cerveza ale, de alta fermentación, de gran contenido alcohólico (8,5%), que se embotella sin filtrar, dando como resultado una cerveza con mucho cuerpo aunque perfectamente equilibrada.
Vemos pues que Carlos I de España y V de Alemania fue un gran emperador con sus luces y con sus sombras, pero gracias a él y a su afición por la cerveza, en España se empezó a conocer y a apreciar un poco más. Esta que era identificada muchas veces incluso en siglos posteriores con lo extranjero, con los bigotes rubios «a la flamenca» Incluso con lo femenino, que se contraponía a la bravura tradicionalmente atribuida al vino. Pero que poco a poco, con insistencia y humildad a lo largo de los siglos, se fue imponiendo como una de las bebidas preferidas de los españoles, así que brindemos con un Salud y Birras por todos ellos.