Aunque hoy en día se llame Pilsen a cualquier cerveza dorada y transparente, hubo un tiempo en que rubia solo había una: Pilsner Urquell. Fue la primera rubia, la original, la madre de todas las cervezas doradas y transparentes que dicen llamarse estilo Pilsen.
Incluida dentro del libro de estilos en el apartado de Lager Pálida Premium Checa.
El origen de la cerveza Pilsner Urquell se remonta a mediados del siglo XIX, cuando en 1838, y debido a la mala calidad de las cervezas que bebían, un grupo de cerveceros de la ciudad decidieron asociarse para buscar una manera de producir una cerveza de mayor calidad, un método que les permitiera mantener un estándar a lo largo del tiempo.
Hay que tener que en cuenta que hasta entonces, las cervezas distaban mucho de parecerse a lo que hoy solemos beber. Solían ser turbias, oscuras y espesas, hasta el punto de que normalmente no se servían en vasos transparentes, en el mejor de los casos era servida en jarras de porcelana.
La primera gran decisión de este grupo de cerveceros fue la de contratar a un joven arquitecto, Martin Stelzer, para que diseñara la fábrica en la que hoy en día se sigue produciendo la cerveza que lleva el nombre de la ciudad. Pilsen o Plzen que es una ciudad ubicada en el oeste de Bohemia en la República Checa que tiene cerca de 170.000 habitantes y se encuentra ubicada a unos 80 kilómetros de Praga. La fábrica se ubicó junto al río Radbuza, que reunía las cualidades necesarias. A saber: un suelo de roca arenisca, en el que fuera fácil excavar túneles, y acuíferos que proporcionaran agua blanda de calidad. Otra de las claves fue la contratación del maestro cervecero bávaro Joseph Groll.
La misión de Groll: rescatar la cervecería del fracaso, pues una contaminación en sus instalaciones había dañado las materias primas con las que hacían su cerveza insignia y mermado peligrosamente las ventas.
Así que de inmediato Groll puso manos a la obra. Primero, Introdujo el método de la baja fermentación: Hasta entonces, el método habitual de fermentación de la cerveza era mediante barriles abiertos a temperatura ambiente, en los que la levadura fermentaba en la parte superior del barril, lo cual hacía muy variable la calidad de la cerveza dependiendo de cantidad de levadura que hubiera en el ambiente (además de la añadida), pudiendo llegar a estropearla en los meses más cálidos. Groll hizo excavar túneles subterráneos para poder fermentar la cerveza en frío, tal como hacían los alemanes de Baviera en las cuevas alpinas, lo que se conoce como estilo lager. Para esto logro introducir al país una carga de levadura alemana para fermentación lager !de contrabando!, pues las leyes germanas prohibían el comercio de la misma
Además mejoró la calidad de las materias primas, destacando la calidad del agua, especialmente blanda, la excepcional cebada de Moravia, que se malteaba en la propia fábrica para obtener una malta muy pálida. Por si eso fuera poco, contaba con el magnífico lúpulo de la región de Saaz, que le confiere a la cerveza ese aroma y amargor únicos. También introdujo otras innovaciones cruciales, como el uso de calderas de cobre calentadas directamente al fuego, lo que carameliza la malta levemente durante la cocción.
El resultado: una cerveza de fermentación lager, de cuerpo ligero a medio, color dorado pálido y de firme carácter de malta en perfecto balance con un lúpulo de notas bien definidas, conocida como la “Plzeňsky Prazdroj”traducido al español “Fuente original de Plzen”, y cuya traducción alemana es hoy el nombre que le da la vuelta al mundo: “Pilsner Urquell”.
Hoy en día y después de numerosos acontecimientos, la cerveza sigue realizándose en la misma fábrica que en 1842 y con las mismas especificaciones en cuanto a calidad y pureza. Así que seguimos disfrutando de aquel descubrimiento y por el resultado no nos queda sino decir Na zdraví y brindar por ella.
PD. Si podéis no me queda sino recomendaros una visita a las instalaciones y la ciudad de Pilsen y una cata de la Urquell en barril y sin filtrar ni pasteurizar. Ummm Delicia pura.
Salud y birras